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Lo que más llamó poderosamente la atención en la vida de este hombre nada corriente, fue su profunda preocupación por el desarrollo de los seres vivos no sólo en la historia sino más todavía en la prehistoria, interiorizando su estudio en los procesos vitales a través del tiempo, y no sólo preocupado de la especie humana, sino midiendo con su técnica observadora de las etapas evolutivas de largo alcance para tener una más exacta visión de las huellas terrenales del paso del ser humano por la tierra, sino también de los enormes cataclismos que el mundo ha padecido en esa sucesión de los sig]os.
Era su casa un auténtico muséo de valor incalculable por el esfuerzo que supone ser tan colosal çoleccionista, sino por el valor testimonial de los millares de piezas arqueológicas de todo orden que recopiló para que ahora, las generaciones futuras tengan una idea más aproximada de los antepasados que ocuparon este Valle de Ricote que nos ha tocado en suerte compartir.
Un saludo en Red de Ángel López Miñano
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