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sábado, 2 de enero de 2010

Crónica 7 “EL ÁNGEL EXILIADO” * Ángel López Miñano (Abarán)


                          
    Exiliado, así es como me llama cariñosamente mi entrañable amigo Pepe de Jarras y razón no le falta. En  verano de 2002 me armé de valor y cogí lo más imprescindible para exiliarme definitivamente en mi casa del campo y aquí sigo en contacto con La Naturaleza y a muy pocos centenares de metros de la civilización. Desde este nuevo hogar  y “nueva patria” donde recibiré sin prisas el envejecimiento de mi cuerpo y la sabiduría de mi espíritu, es desde donde les vuelvo a saludar tras el paréntesis que la editorial de Crónica 7 hizo a primeros de verano para volver con energías renovadas, mismo entusiasmo de compartir con ustedes el devenir de la historia de nuestro pueblo y de nuestra nación.

        “Mi soledad gira como un carrusel y mis palabras no sirven para cambiar nada. Navego en mares pequeños…si son grandes, me pierdo… Miro al pasado y al futuro, pero me olvido del presente…” Acertada definición de la realidad en que me encuentro cuando esto escribo en este amanecer del ecuador de octubre, después que atrás quedó la canícula del estío e incluso el veranillo de los membrillos, de este fragmento de un precioso poema de un nuevo comunicador que cada mes nos deleitará con el arte que salga de su pluma a través de sus sentidos para compartirlos con nosotros  y que no es otro que José Antonio Ortega Molina.

        Cuando les decía adiós en la antesala del verano, lo hacía con el total convencimiento de que tras la tempestad vendría la calma, como solemos decir y no ha sido así, desgraciadamente. Seguimos prácticamente igual o quizá peor, nos hemos dividido…diezmado, sería más acertado decir. La política nos ha partido por la mitad, la religión en varios pedazos más pequeños, la territorialidad, la crisis, las consecuencias de la crisis, la codicia y la avaricia han conseguido hacer de Abarán un pueblo de ideologías banales, que no conducen a nada…De pronto todo, está vacío, necesitamos respirar una bocanada de aire fresco que ilumine este lugar y provoque el estallido rompiendo la puerta de nuestra soledad. Lo peor de todo es que no estamos por la labor de aprender de los errores y fracasos de los demás. El otro día escuché una desafortunada declaración de D. Javier Arenas Bocanegra en las que se expresaba en los siguientes términos: “¡¡No vamos tomar ni una sola lección del Partido Socialista!! ¡¡Ni una!!”…Esto me da mucha tristeza de que haya colectivos de personas a las que estas palabras las haga más independientes de los demás y como consecuencia Abarán siga diezmado, dividido, con una vida llena de nada y vacía de todo lo que tiene sentido, orgullo donde todo sueño se convierte en realidad y donde toda realidad no es más que un simple sueño…

        Me llegaron las fotos de la inauguración de la restauración de nuestro querido puente viejo sobre El Segura y viendo que se ha vuelto a repetir el error de las barandillas en forma de escalera, con el peligro que ello supone para la inocencia de un niño que pueda treparlas y caer al vacío como así lo hiciera un infante nuestro con resultado de muerte y que ahora que teníamos la oportunidad de tomar esa lección bien aprendida, no se ha rectificado esa trampa mortal que tenemos ahí latente y todo porque ya se ha dado el carpetazo a la obra y borrón y cuenta nueva. Paciencia y resignación es lo único que me queda, porque, no va a ser a mí precisamente a quien se le haga caso y que encima esté exiliado.

        Feliz de volver a tener un espacio donde escribir mis pensamientos, donde plasmar mis inquietudes, mis descontentos, sin acritud, como solía decir uno de nuestros próceres, ahora también en el exilio, como yo para que mi amigo Jarras crea que tiene fundamento para llamarme Ángel el Exiliado, cuando veo que el no sabe realmente que yo no me he ido, yo sigo aquí en mi calle de R. y Cajal, aunque sea con la mente, revivo los acontecimientos pasados con una realidad pasmosa, como si el tiempo se hubiese parado, vivo recordando y recuerdo viviendo cada día de mi exilio voluntario, como infinidad de veces nos dice nuestra Juanita Templado.

                De la feria solo me quedo con el Libro de Festejos, como testimonio de personas que antaño las vivieron en profundidad y regocijo, que añoran las fiestas que se hacían en su niñez, pero que olvidan el presente, provocado por un mar de dudas, donde sin querer naufragar, en manos del destino dejan todo lo que son, donde de pronto todo está vacío y también necesitan respirar, una bocanada de aire fresco que vuelva a iluminar Abarán y que provoque el estallido rompiendo en mil pedazos la puerta de nuestra soledad…

        Hasta pronto, si ustedes y Dios así lo quiere:       Ángel López Miñano



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