Yo podría afirmar que este enero de 2010 se ha empeñado en pasar a la historia de los anales de La Humanidad, por hostil, catastrófico y frío. Todo está yermo, La Naturaleza dormida. No se ven aún brotes de vida en la flora que me rodea. Tengo un árbol muy bonito cuando está pletórico, allá por abril, sus diminutas flores estrelladas de un azul metalizado, atraen la mirada de los que por aquí deambulan. Mas tarde, la sombra de sus hojas mitigan los calores del estío. Pero todo eso está por venir, ahora todo está aletargado, feo, apático. El azul del cielo está taimado de nubes grisáceas que empañan casi adrede la vistosidad de La Primavera todavía en ciernes.
La agonía de Haití, la lenta recuperación económica, marcada por la crisis del mundo financiero, los índices de paro, la polémica por la ubicación de un cementerio de residuos nucleares y el clima adverso, hacen de enero un mes diría yo detestable, como para pasar página lo antes posible y ver febrero que tal semblante nos trae…
Un saludo en Red de: Ángel López Miñano
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