¡Cuánto más aprenderíamos de La Naturaleza si nos dedicáramos a observarla, sin que nos lo cuenten! Los seres vivos nos aseguran los científicos que son infinitamente más sabios que los seres humanos porque habitan el planeta millones de años que nos llevan de ventaja y somos unos meros observadores e imitadores del comportamiento de la vida sobre La Tierra para lograr la supervivencia, la selección natural, el sálvese quien pueda, el más fuerte el rey y comportamientos que si nos fijáramos bien, nos dejarían perplejos del ingenio, la perspicacia y la sabiduría que se transmiten de generación en generación.
Un mínimo ejemplo de cuanto queda dicho es el comportamiento de una variedad de almendro que tengo en mi campo que mientras otro de los tipos comenzó el despertar del letargo invernal con la floración, aun a riesgo de que una mañana con escarcha arruine su cosecha anual, este otro tiene una táctica diferente y es primero vestirse de hojas para proteger a la posterior floración del crudo frío. Pues ya lo sabes, aplícate este cuento que puede serte muy útil.
Un saludo en Red de Ángel López Miñano.
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